La belonefilia es la excitación sexual causada por agujas: observar, recibir o dar un pinchazo a alguien. Este fetiche también, como todos, tiene variantes, pudiendo ser provocada la excitación por un pinchazo tipo "medical", o algo menos relacionado con las batas blancas y más con el arte, como el needle play.
Por otro lado, también existe la belonefobia (fobia a las agujas) o aicmofobia (fobia a ser pinchado), que son las caras opuestas al fetiche, y que muchos habrán sentido cuando pequeños al tener que enfrentarse a las vacunas o inyecciones en los terroríficos viajes al hospital, donde ya en el auto se podía escuchar "quieto hijo, es sólo un pinchacito".
Seguramente estas dos caras de la moneda les suenan totalmente opuestas e imposibles de relacionar, aparte de su relación con las agujas, pero yo, fetichista empedernida, "sufro" de ambas, y no me incluí en el grupo de los que "sufrían belonefobia de pequeños" porque, hasta el día de hoy, la sigo teniendo.
¿Cómo es esto posible? Para empezar a responderlo, les contaré mi historia con las agujas.
Desde que tengo conciencia, les tengo un miedo irracional a las vacunas e inyecciones, en general a las agujas que se ocupan en el ambiente médico, no así a otros tipos de agujas. No es un miedo que me imposibilite de manipularlas, o que haga que me desmaye cuando las veo (como le ocurre a algunas personas), es sólo que me da terror la sola posibilidad de que alguna aguja atraviese mi piel; en lo que respecta a mí, ninguna me puede tocar. Ya se podrán imaginar las escenas que se armaban cuando, en mi infancia, debía vacunarme en el colegio o hacerme un examen de sangre...ardía Troya. El punto es que en lo que respecta a los demás, no me mueve un pelo. No me provoca (casi) nada ver como alguien es vacunado (hace algunos años no podía verlo), y, aunque no he tenido la oportunidad ya que recién estoy empezando los estudios, no me asusta la idea de tener que "pinchar" a alguien.
Bueno...he ido superando el miedo (con respecto a otras personas, porque aún no dejo que una aguja me pinche sin dar pelea)...pero, ¿cómo llegué de la fobia extrema a ser belonefílica? Esa respuesta es un poco confusa...porque ni yo sé como fue. Un día (sí, fue algo muy puntual), comencé simplemente a pensar en mi fobia, en una aguja atravesando mi piel para extraer sangre, en la persona que lo haría...y ya no me provocaba la-muy-desagradable sensación de antes, pero seguía con el miedo. Unos días después de eso, en una de mis incursiones voyeur BDSMeras por internet, conociendo el needle play (había visto unas pocas imágenes), que me llamaba la atención sólo como una forma de arte (AMO el arte), comencé a pensar en un examen de sangre que me tenía que hacer, pero que intentaba evitar. En algún momento mis pensamientos llenos de miedo, se transformaron en una escena puramente fetichista, de una chica (que en algún momento se transformó en mí) amarrada/inmovilizada en una camilla, con un enfermero sexy (suena muy cliché, pero es mi fantasía, ya? Je) diciéndole que era hora de su vacuna y que la recibiera como una "buena chica", porque si no lo hacía se vería obligado a hacerle más exámenes, los que incluían muchas más agujas. Como ya se pueden imaginar, eso me puso a mil (obviamente el enfermero terminaba entre las piernas de la chica/yo...otro 'Je!' de mi parte). Luego, seguí fantaseando y se invirtieron los papeles, pero debo admitir que me encantaba pensar en los papeles invertidos y yo con otra chica...el miedo en su cara, la resistencia, las restricciones y la camilla sonando...Uff! para que decirles.
Después de eso, fantasear con escenas parecidas era pan de cada día. NUNCA perdí el miedo, lo sigo teniendo y estoy segura de que si me llevaran a un vacunatorio, saldría corriendo y hasta le ganaría una carrera a Usain Bolt hasta el auto...pero no puedo decir que si algún hombre seductor y dominante (porque siempre que fantaseo siendo yo la parte pasiva es con un hombre con algún grado de dominación sobre mí), me amarrara y me comenzara a hablar de que me toca la vacuna, que "es por mi bien" y que no puedo hacer nada para evitarlo, teniendo que recibirla como una "buena chica"...no puedo decir que no me encendería. Seguramente patelearía, me negaría y lloraría, pero sentiría esa "oh tan familiar (rica!)" contración en el bajo vientre, que antecede al placer.
Aunque sigo con el miedo, sigo fantaseando, y sigo deseando poder tener esa situación con los roles invertidos. El needle play me sigue encantando como una forma de arte, pero ahora también me excita la posibilidad de practicarlo (como parte activa)...pensar en como esa cantidad de agujas atravesarían la piel de algún sometido/a...me pone la piel de gallina.
Con respecto a lo de roles invertidos, como se irán dando cuenta, muchos (por no decir la mayoría) de mis fetiches los veo con una mirada Switch (tanto dar como recibir), no se si por falta de guía o experiencia "real" (face to face) o porque realmente me encantan las dos perspectivas del juego...habrá que esperar para saber.
Me hubiera encantado explicarles mi "teoría" acerca de las fobias que luego se transforman a placeres, pero viendo como se alargó el post, se los contaré en otra entrega. Les dejo algunas imágenes y luego les dejaré algunos videos que me quitan el sueño.
DATOS CURIOSOS:
1) El examen de sangre que mencione antes que intentaba evitar, y que de alguna manera me llevó a explorar mi fetichismo, terminó conmigo teniendo que tomar un calmante (que hizo que me tuvieran que sacar sangre acostada en una camilla) para poder atreverme siquiera a pisar el laboratorio.
2) Siempre que fantaseo con algo relacionado con agujas como la parte que recibe, el hombre dominante es un enfermero o alguien al que no le pienso trabajo, nunca un doctor. Supongo que se debe a que siempre en mi infancia los que me ponían las vacunas eran enfermeros/as. Cuando pienso en mí como la parte dominante, soy doctora o a veces ni lo pienso. Raro.
Los invito a poner "NEEDLE PLAY" en el buscador de imágenes de google.
No olviden que lo primero en este tipo de prácticas es la seguridad y el consenso.
Disfruten y sigan tan morbosos como siempre.
Cherry
Por otro lado, también existe la belonefobia (fobia a las agujas) o aicmofobia (fobia a ser pinchado), que son las caras opuestas al fetiche, y que muchos habrán sentido cuando pequeños al tener que enfrentarse a las vacunas o inyecciones en los terroríficos viajes al hospital, donde ya en el auto se podía escuchar "quieto hijo, es sólo un pinchacito".
Seguramente estas dos caras de la moneda les suenan totalmente opuestas e imposibles de relacionar, aparte de su relación con las agujas, pero yo, fetichista empedernida, "sufro" de ambas, y no me incluí en el grupo de los que "sufrían belonefobia de pequeños" porque, hasta el día de hoy, la sigo teniendo.
¿Cómo es esto posible? Para empezar a responderlo, les contaré mi historia con las agujas.
Desde que tengo conciencia, les tengo un miedo irracional a las vacunas e inyecciones, en general a las agujas que se ocupan en el ambiente médico, no así a otros tipos de agujas. No es un miedo que me imposibilite de manipularlas, o que haga que me desmaye cuando las veo (como le ocurre a algunas personas), es sólo que me da terror la sola posibilidad de que alguna aguja atraviese mi piel; en lo que respecta a mí, ninguna me puede tocar. Ya se podrán imaginar las escenas que se armaban cuando, en mi infancia, debía vacunarme en el colegio o hacerme un examen de sangre...ardía Troya. El punto es que en lo que respecta a los demás, no me mueve un pelo. No me provoca (casi) nada ver como alguien es vacunado (hace algunos años no podía verlo), y, aunque no he tenido la oportunidad ya que recién estoy empezando los estudios, no me asusta la idea de tener que "pinchar" a alguien.
Bueno...he ido superando el miedo (con respecto a otras personas, porque aún no dejo que una aguja me pinche sin dar pelea)...pero, ¿cómo llegué de la fobia extrema a ser belonefílica? Esa respuesta es un poco confusa...porque ni yo sé como fue. Un día (sí, fue algo muy puntual), comencé simplemente a pensar en mi fobia, en una aguja atravesando mi piel para extraer sangre, en la persona que lo haría...y ya no me provocaba la-muy-desagradable sensación de antes, pero seguía con el miedo. Unos días después de eso, en una de mis incursiones voyeur BDSMeras por internet, conociendo el needle play (había visto unas pocas imágenes), que me llamaba la atención sólo como una forma de arte (AMO el arte), comencé a pensar en un examen de sangre que me tenía que hacer, pero que intentaba evitar. En algún momento mis pensamientos llenos de miedo, se transformaron en una escena puramente fetichista, de una chica (que en algún momento se transformó en mí) amarrada/inmovilizada en una camilla, con un enfermero sexy (suena muy cliché, pero es mi fantasía, ya? Je) diciéndole que era hora de su vacuna y que la recibiera como una "buena chica", porque si no lo hacía se vería obligado a hacerle más exámenes, los que incluían muchas más agujas. Como ya se pueden imaginar, eso me puso a mil (obviamente el enfermero terminaba entre las piernas de la chica/yo...otro 'Je!' de mi parte). Luego, seguí fantaseando y se invirtieron los papeles, pero debo admitir que me encantaba pensar en los papeles invertidos y yo con otra chica...el miedo en su cara, la resistencia, las restricciones y la camilla sonando...Uff! para que decirles.
Después de eso, fantasear con escenas parecidas era pan de cada día. NUNCA perdí el miedo, lo sigo teniendo y estoy segura de que si me llevaran a un vacunatorio, saldría corriendo y hasta le ganaría una carrera a Usain Bolt hasta el auto...pero no puedo decir que si algún hombre seductor y dominante (porque siempre que fantaseo siendo yo la parte pasiva es con un hombre con algún grado de dominación sobre mí), me amarrara y me comenzara a hablar de que me toca la vacuna, que "es por mi bien" y que no puedo hacer nada para evitarlo, teniendo que recibirla como una "buena chica"...no puedo decir que no me encendería. Seguramente patelearía, me negaría y lloraría, pero sentiría esa "oh tan familiar (rica!)" contración en el bajo vientre, que antecede al placer.
Aunque sigo con el miedo, sigo fantaseando, y sigo deseando poder tener esa situación con los roles invertidos. El needle play me sigue encantando como una forma de arte, pero ahora también me excita la posibilidad de practicarlo (como parte activa)...pensar en como esa cantidad de agujas atravesarían la piel de algún sometido/a...me pone la piel de gallina.
Con respecto a lo de roles invertidos, como se irán dando cuenta, muchos (por no decir la mayoría) de mis fetiches los veo con una mirada Switch (tanto dar como recibir), no se si por falta de guía o experiencia "real" (face to face) o porque realmente me encantan las dos perspectivas del juego...habrá que esperar para saber.
Me hubiera encantado explicarles mi "teoría" acerca de las fobias que luego se transforman a placeres, pero viendo como se alargó el post, se los contaré en otra entrega. Les dejo algunas imágenes y luego les dejaré algunos videos que me quitan el sueño.
DATOS CURIOSOS:
1) El examen de sangre que mencione antes que intentaba evitar, y que de alguna manera me llevó a explorar mi fetichismo, terminó conmigo teniendo que tomar un calmante (que hizo que me tuvieran que sacar sangre acostada en una camilla) para poder atreverme siquiera a pisar el laboratorio.
2) Siempre que fantaseo con algo relacionado con agujas como la parte que recibe, el hombre dominante es un enfermero o alguien al que no le pienso trabajo, nunca un doctor. Supongo que se debe a que siempre en mi infancia los que me ponían las vacunas eran enfermeros/as. Cuando pienso en mí como la parte dominante, soy doctora o a veces ni lo pienso. Raro.
Medical |
Needle Play |
Los invito a poner "NEEDLE PLAY" en el buscador de imágenes de google.
No olviden que lo primero en este tipo de prácticas es la seguridad y el consenso.
Disfruten y sigan tan morbosos como siempre.
Cherry
Muy bueno.
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